Clínica veterinaria para gatos

En nuestra clínica veterinaria contamos con consulta específica para pacientes felinos y los equipos necesarios para medir la presión arterial a los gatos. Estos animales son muy sensibles a padecer hipertensión, lo que produce alteraciones graves especialmente en ojos, cerebro, riñón y corazón.

En nuestras consultas, ya comenzamos a medir la presión arterial a todos nuestros pacientes felinos, pero si vienes remitido de otro centro o tienes duda de si tu gato puede ser hipertenso, llámanos y te daremos cita para un chequeo de tensión. Para que la medición sea correcta tardaremos mínimo unos 20 minutos, así que es necesario que vengas con tiempo y calma.

Expertos en medicina felina

El área de hospitalización y recuperación cuenta con jaulas acondicionadas para ellos donde puedan esconderse, focos de calor, música relajante especial para gatos y un espectro de luz adecuado para ellos. Nos dimos cuenta de que los gatos hospitalizados mostraban signos de estrés cuando encendíamos la luz para tomarles las constantes, por lo que tenemos unos focos especiales de luz roja como los que se utilizan para la fauna silvestre, prácticamente indetectable por ellos y no les molesta.

Además, nuestro personal (auxiliares y veterinarios) está formado en la manera especial en la que hay que tratar y manejar a los gatos, por eso es probable que en nuestra primera consulta felina podamos dedicarte una hora, ya que hay gatos que necesitan tiempo y deben ser tratados con mucha paciencia. 

Expertos en medicina felina

Recuerda que en nuestro local, contamos con:

Consulta de gatos

Nuestra consulta de gatos está en un área separada de los perros y cuenta con todo lo necesario para poder explorarlos en su totalidad, báscula incluida. Dispone de escondites para que, cuando se estresen durante la exploración, puedan tomarse su momento de relax. Tratamos de que la consulta sea sensitiva a través de estímulos positivos.

Hospitalización de gatos

Zona aislada del resto de la clínica y exenta de estímulos sonoros estresantes, les ponemos música relajante para gatos muy suave. Cuenta con elementos de calor, un espectro de luz roja especial que no les moleste y nos permita explorarlos. Además, disponemos de jaulas con escondites especialmente acondicionadas para ellos.

Consejos para cuidar de tu gato

Prepara la visita al veterinario

La visita al veterinario puede ocasionar una situación de estrés para el gato y para el propietario, lo que provoca que, en ocasiones dejamos de llevarlo a la consulta, que desembocará en un detrimento en su salud y un acortamiento en su esperanza de vida por no poder hacer una buena medicina preventiva ni detección precoz de enfermedades (hipertensión, enfermedad renal, diabetes, artrosis…).

Aquí te contamos algunos consejos que pueden serte de utilidad:

1. Habituarse al transportín

Lo primero es habituar a nuestro gato al transportín. Si cogemos a nuestro gato, lo metemos en una caja, salimos a la calle y llegamos a un sitio extraño para él, lo más probable es que se estrese. Los gatos, por su naturaleza de ser presa y cazador, se estresan con facilidad, por eso debemos habituarlos al transportín para que sea su sitio seguro.

Comenzaremos destapando el transportín (los transportines de gato siempre deben ser rígidos y fácilmente desmontables y lavables) y dejando la parte de abajo en un lugar tranquilo. Podemos poner en su interior catnip, feromonas en spray o bocaditos de comida, una mantita cómoda o algo que le llame la atención para que entre solo. Muchas veces los gatos prefieren que lo pongamos en un lugar elevado, ya que les gusta controlar su entorno desde una posición elevada. Si vemos que, aun así, el gato no le presta atención, iremos variando el transportín de lugar, cambiando los estímulos interiores (juguetes, manta, comida, catnip…) hasta llamar su atención.

Una vez entre y disfrute de la parte de abajo del transportín, le fijaremos la parte superior. Repetiremos los estímulos periódicamente para que le resulte un lugar interesante y donde suele haber recompensa (tranquilidad, comida, catnip, juguetes, feromonas…).

El transportín debe ser un escondite más de la casa, un lugar agradable y seguro.

2. Acostumbrarse a realizar trayectos

Lo ideal es acostumbrarlo a pequeños trayectos en coche y volver a casa. Es preferible, por regla general, tapar el transportín con un cubre transportín o una toalla oscura, a poder ser rociada con feromonas, para que no se asuste con los estímulos exteriores, aunque hay algunos gatos que prefieren ver desde el interior del transportín. Podemos tener el interior equipado con un empapador, ya que algunos gatitos pueden miccionar si se estresan y les es muy incómodo estar mojados y sucios, aumentando su estrés considerablemente.

En cuanto al viaje, lo ideal es aislarlo de estímulos exteriores. Por ejemplo, mantendremos las ventanillas del coche para que no escuchen el tráfico y les pondremos música relajante (música de yoga, piano…).

Es importante que vayan frescos, ya que pueden hiperventilar por el estrés, por lo que recomendamos poner el aire acondicionado o termostato a 20-22ºC.

3. Extracción del gato del interior del transportín

Una vez en la consulta veterinaria, el personal debe estar formado en el cuidado y manejo de pacientes felinos.

Los gatos no deben sacarse a la fuerza del transportín. Si queremos que nuestro gato continúe con la sensación de que el transportín es un espacio seguro para él, debemos evitar prácticas como sacarlo a la fuerza, ya que es muy probable que le genere rechazo en un futuro.

En nuestra clínica abrimos la puerta y dejamos que salga por su cuenta cuando esté preparado. Si el gato sale a explorar es buena señal. No todos los gatos se comportan de la misma manera y hay veces que tenemos que hacer la exploración, si es posible, en el interior del transportín (por ello también es importante que sea fácilmente desmontable).

En el caso de gatos con niveles elevados de estrés, es preferible utilizar una pequeña sedación que nos permita realizar las prácticas necesarias en cada caso, y así evitar manejarlos con fuerza y generar malos recuerdos.

4. Vuelta a casa

Debemos cuidar el manejo hasta el final del proceso ya que, en numerosas ocasiones, el error se comete al llegar a casa.

Si tenemos más gatos debemos dejar el transportín en el suelo y abrir la puerta para que todos los gatos puedan olerlo y explorarlo de nuevo. Muchos clientes nos cuentan que el gato fue rechazado por el resto de la familia gatuna al llegar a casa e incluso fue agredido. Esto se debe a que pueden rechazar los nuevos olores de su compañero, generándoles una elevada carga de estrés que puede acabar en agresión. Evitaremos esto haciendo las cosas con paciencia, abriendo el transportín para que todos se tomen su tiempo y el gato que ha ido a consulta salga cuando esté preparado.

5. Limpieza del transportín y reacondicionamiento

Una vez el gato haya salido, es muy importante que lavemos a conciencia el transportín, ya que cuando los gatos se estresan liberan feromonas del estrés y, si no las limpiamos es posible que rechace el transportín. Si no limpiamos correctamente el transportín, puede que no quieran volver a entrar al detectar las feromonas ya mencionadas.

Una vez lavado y seco volveremos al punto uno: habituar a nuestro felino nuevamente para que vuelva a ser su »safe place».